En The Quacks of Quedlinburg, los jugadores son charlatanes, o curanderos, cada uno de los cuales elabora su propia bebida secreta añadiendo ingredientes uno a la vez. ¡Ten cuidado con lo que agregas, ya que una pizca de esto o aquello arruinará toda la mezcla!
Cada jugador tiene su propia bolsa de fichas de ingredientes. Durante cada ronda, simultáneamente sacan fichas de sus bolsas y las añaden a sus botes. Cuanto mayor sea el valor nominal de la ficha extraída, más lejos se colocará en el patrón giratorio del bote, lo que aumentará el valor de la poción. Empuja tu suerte lo más que puedas, pero si agregas demasiadas bombas de cereza, ¡tu bote explotará!
Al final de cada ronda, los jugadores obtienen puntos de victoria y monedas para gastar en nuevos ingredientes, dependiendo de qué tan bien lograron llenar sus ollas. Pero los jugadores cuyos botes han explotado deben elegir puntos o monedas, ¡no ambos! El jugador con más puntos de victoria al final de nueve rondas gana el juego.
