Durante el reino del rey D. João V, Portugal fue una importante potencia europea. Desde Brasil, el rey ordenó al sargento Melo Palheta viajar a la Guyana Francesa para establecer formalmente el Tratado de Utrecht de 1713 y traer secretamente semillas de café a Brasil.
El Sargento tuvo éxito y hacia 1800 Brasil ya era uno de los mayores y mayores productores de café del mundo.
A principios del siglo XX, el café procedente de Brasil, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Timor es muy apreciado en Portugal e inspira la aparición de cafeterías de prestigio en lugares emblemáticos que atraen a las élites. Gracias a la dedicación, el trabajo duro y la competencia, el siglo XX portugués es testigo del nacimiento de una de las industrias cafetaleras más grandes del mundo.
En Café, de 1 a 4 jugadores representan empresas cafeteras, que desde la plantación, añejamiento, tostado y distribución, intentan crear y controlar la mejor cadena de suministro de café.
